En estas últimas semanas el Fondo Monetario
Internacional (FMI) nos ha metido el miedo en el cuerpo a todos los españoles.
Sus previsiones de lo que será España en 2018 son apocalípticas, y el tiempo
dirá si tienen o no razón, pero dar estos mensajes tan negativos siempre
sujetos a modelos económicos/estadísticos deberían tratarse al menos con más
tacto .La historia nos dice que la economía no es una matemática exacta y que a
veces alejarse de las estadísticas para sacar conclusiones es lo más
aconsejable.
El FMI para que se pongan en situación, es un Organismo
Internacional que se creó tras la Gran Depresión de los años 30 para que no se
repitieran esos círculos viciosos de devaluaciones competitivas y promover
estabilidad financiera y la cooperación monetaria internacional. Además, se encarga de
proveer ayuda financiera a los países afiliados que afronten problemas
económicos internos (concesión de préstamos), busca facilitar el comercio
internacional, promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible
y reducir la pobreza en el mundo entero. Esta es la teoría, porque de su misión
a la realidad hay un abismo, los prestamos como se pueden imaginar llevan
implícitos ciertas obligaciones por los países que lo solicitan que se asemejan
a las condiciones de un rescate. En cuanto su misión consultiva y asesorativa
(dan recomendaciones y hacen presión para que los países cumplan las reglas
adecuadas para prestar estabilidad financiera), no siempre responde a la lógica
y sí más a favores y/o presiones políticas.
Para muestra un botón con España. Porque aparte
de que fue uno de los tantísimos organismos especializadísimos en economía que
no supieron poner remedio a lo que se nos ha venido encima, ahora se dedica a
dar consejos difíciles de entender para la lógica económica. Así, en su último
informe sobre la situación de España, después de unos recortes brutales que nos
han empobrecido masivamente, y han empeorado nuestras condiciones, su diagnóstico
será: más deuda, paro, y mucha pobreza. Lo gracioso viene ahora, porque lo que
siguen recomendando es más austeridad y cómo no el BCE aplaude esas recomendaciones,
faltaría más.
Porque en su
informe de agosto de 2013, su plan no es otro para España que desguazar el estado
del bienestar:
·
Reformar el sistema de pensiones.
·
“Revisar los gastos de servicios clave como la
educación y la sanidad".
·
Subir IVA e impuestos especiales.
·
Adelgazar la administración pública
en sus diferentes niveles.
·
Bajar salarios.
Y aquí en
este último punto, tengo que pararme porque ha sido uno de los más llamativos y
que más se ha comentado porque es una de esas decisiones que no se entienden, o
bueno sí se entienden rascando un poco y siendo mal pensados.
Lo que
propone es básicamente una bajada de salarios pactada entre empresarios y
trabajadores, acompañada de bajada de las cotizaciones a la Seguridad Social, y
de un futuro aumento de impuestos indirectos. Es decir, enriquecer a empresarios,
empobrecer a trabajadores, menos ingresos del estado por vía del empleo y
conseguirlos a través de impuestos directos, lo que equivale a agudizar las
diferencias sociales y económicas.
La apenas
apreciable mejoría de la competitividad de la economía española ha mejorado por
un aumento de la productividad esencialmente por la disminución del empleo. Ese
no es el camino, es tan solo un parche, porque el camino sostenible es el del
aumento del I+D, y la formación del capital humano, y sobre esto precisamente
no dice nada el FMI.
Que el
aumento de la productividad de la economía española se base únicamente en su
propuesta en la reducción del empleo o en la bajada de salarios, solo me hace
pensar que las recomendaciones que hace el FMI vienen motivadas por intereses
políticos y empresariales porque no creo que personas tan en teoría capacitadas
de verdad crean en este sistema
No debemos
sorprendernos de tal recomendación del FMI, ni tampoco que la apoye la Comisión
Europea. Sus recomendaciones, que constituyen condiciones a sus préstamos o
asesoramiento, continúan siendo las mismas desde hace décadas: Reducción o
congelación de los salarios, reducción de las pensiones de jubilación,
privatización de las empresas públicas, recortes en sanidad, educación y
protección social...
En fin, todo lo
que permite debilitar el frágil estado del bienestar, favorecer el poder de las
grandes empresas, destruir la soberanía del país para someterse a los ricos
acreedores, en definitiva, crear círculos viciosos de devaluaciones competitivas.
Ahora lean la definición que os di al principio del artículo…algo falla.