sábado, 13 de abril de 2013

LA ECONOMÍA DEL ESPEJO


Si empezamos a escuchar a pseudoeconomistas, políticos disfrazados de economistas o tertulianos de los actuales famosos programas de televisión donde se habla en prime-time sobre economía escudriñando las causas y consecuencias de esta crisis que vivimos, acabas dándote cuenta cómo aquí todo el mundo sabe de todo. Te das cuenta de donde está el problema de la situación actual: Se juega indiscriminadamente con situaciones y proyecciones disfrazadas de metáforas equivocadas. Juegan a ser médicos de la economía, recetan una economía la española que está pasando un periodo de ingresos reducidos por efecto de factores externos y con la carga de una deuda pesada. Para ello le recetan control y ajuste por medio de ajustarse el cinturón, recortar los costes, cancelar deudas. Supongo que buscan persuadir a las personas de que las políticas que se están llevando a cabo son las adecuadas, es decir, hay intereses políticos detrás.

El problema es que la actual crisis no es ese estereotipo que nos quieren hacer ver. Porque nuestros ingresos son bajos precisamente porque gastamos poco; precisamente lo que menos necesitamos es seguir recortando el gasto (vía recortes, bajadas salariales, subidas impositivas…), ya que lo único que se hace es seguir aumentando el círculo vicioso. 

¿Tenemos un problema de deuda? Sí, pero nos lo debemos unos a otros, empresas a otras empresa…y los bancos siguen sin dar fluidez al crédito.
¿Recortar costes? Y pregunto yo para qué sirve recortarlos, ¿en comparación con quién? Porque si todos intentamos reducir cortes y gastar menos, estamos empeorando la situación.

Y aquí es donde entra la frase que da nombre a esta nueva entrada, la ECONOMÍA DEL ESPEJO, y no es que me refiera a la economía que yo entiendo ( por la coincidencia con mi apellido) , lo que quiero transmitir es que ahora mismo estamos al otro lado del espejo, como decía el Premio Nobel de Economía Paul Krugman. Al otro lado del espejo, porque estamos en la trampa de la liquidez, donde ni siquiera una tasa de interés baja ayuda a mejorar los datos de empleo y, el exceso de deuda, nos hace vivir en constantes paradojas como: aumento de ahorros en economía deprimida que solo sirve para gastar menos y no reactivar la economía, o flexibilizar el mercado laboral “eufemismo de recorte salarial” donde un recorte general de salarios solo provoca que se gaste menos.

Se sigue pensando que tomar las medidas prudentes y conservadoras nos sacará de esta crisis, cuando lo único que hace es seguir agravándola. Hecho que nos debería hacer pensar que quizás lo que haga falta es justo lo contrario. Porque en un momento donde muchos deudores intentan aumentar sus ahorros (no darles salida para activar la economía) y cancelar las deudas, es importante que haya alguien que haga justo lo contrario: que gaste más y tome más dinero prestado. Efectivamente ese “alguien” debe ser el gobierno.
¡Qué falta hace mentalidades keynesianas para salir de esta situación actual! Y el problema es que Europa y sus dirigentes demuestran cada día que pasa que son más antikeynesianos.