viernes, 3 de diciembre de 2010

El amianto, de “fibra milagrosa” a “fibra asesina”

   
Pocos minerales han pasado tan radicalmente del blanco al negro. Hablamos del asbesto, o más conocido como amianto, un mineral muy utilizado en diferentes sectores debido a sus múltiples aplicaciones y excelentes cualidades. Ha sido utilizado como material de aislamiento acústico y térmico, en aislamiento y acabado de fachadas, mantas y tejidos aislantes, tabiques ligeros o tejados. Por su resistencia a la fricción, se ha empleado en pavimentos de vinilo, masillas y sellantes, pinturas impermeabilizantes, pastillas y zapatas de frenos, así como en productos de fibrocemento como persianas, tuberías y algunos elementos de jardinería y decoración.

                  
                       
Su descubrimiento puso en relieve las muchas ventajas que tenía este producto, lo que provocó que mucho le llamaran “mineral milagroso”. Su combinación con el cemento y el agua por su indestructibilidad, su resistencia al fuego y su bajo coste lo hace un estupendo sustituto como material de construcción. Pero pronto aparece su carácter letal y la historia de su nocividad se afianza a lo largo del siglo XX, con la aparición de publicaciones médicas de prestigio, a pesar de las maniobras de ocultamiento y descrédito a los que las somete el cártel de Eternit. Se descubrió como su efecto en la salud a veces se presentaba en un largo plazo, lo que provocaba que no se relacionada con este material y, por ende, que no se catalogara como enfermedad profesional.
No es hasta 1978, cuando el  Parlamento europeo declaraba el amianto como cancerígeno laboral, pero como dice CCOO (obra citada) muchos estados fueron anestesiados por los lobbys industriales y financieros y hasta 25 años después, en 1999, no se prohibía en Europa, entrando en vigor apenas en 2005.Por lo que, actualmente el uso del amianto está prohibido en la mayoría de los países industrializados, pero aún se utiliza en algunos países en vías de desarrollo. En países como el nuestro donde sí está prohibido, muchos de los edificios y elementos industriales construidos en fechas anteriores a su prohibición aún contienen elementos de amianto.

Su riesgo se deriva de la inhalación por vía respiratoria o digestiva de las fibras de asbestos, las cuales son inextinguibles, por lo que una vez depositadas dentro del organismo, puede llegar a dañar seriamente al mismo.
Puede producir una enfermedad denominada asbestosis, una fibrosis pulmonar que genera complicaciones respiratorias y cardíacas, que en caso de agravamiento puede derivar en un posible cáncer bronco pulmonar.
¿Cómo se pueden prevenir y reducir los riegos del amianto en caso de ser utilizado?
Se deben adoptar diferentes medidas con el fin de evitar que el trabajador pueda verse afectado por este tipo de neumoconiosis:
  • Controlar la producción de polvo en el lugar de trabajo, ya que una vez que el polvo está en el aire su eliminación es más difícil y costosa.
  • Humedecer la fibra antes del mezclado con otros productos, con el fin de eliminar la producción del polvo.
  • Potenciar la protección personal, ya que una mascarilla de polvo bien adaptada es conveniente para el desarrollo de algunos trabajos profesionales.
  • Aislar completamente el área de trabajo, para proteger a otros trabajadores que se encuentren próximos.
  • Supervisar médicamente a los trabajadores de forma periódica

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